La alarma es una señal que nos avisa del estado de inquietud, desasosiego y temor, anuncia un peligro, que de una manera u otra percibimos y experimentamos todos en la situación actual, como consecuencia de la propagación del coronavirus. La alarma y las medidas adoptadas por parte de las autoridades obligan a permanecer todos en casa, durante un período de quince días, hasta el momento. Asistimos a una nueva forma de estar en familia,  en una situación delicada y atípica. Con este post trato de mostrar el efecto psicológico que este suceso suscita en la familia como grupo y las reacciones naturales que todas las personas experimentan ante este impacto.  Aporto algunos conocimientos psicológicos que  nos ayudan a comprender las reacciones humanas y  algunas sugerencias para contrarrestar la sensación de amenaza y mantener la sensación de control. Son naturales las manifestaciones sintomáticas de ansiedad, miedo y desánimo.

Expresar la ansiedad, manifestarla y sacarla es una forma de utilizar esta angustia que provoca malestar en el estómago,  cosquilleo incómodo, presión en el pecho, sensación de falta de espacio, opresión en la cabeza, cabeza embotada, sensación de boina que aprieta. Si manejamos la ansiedad de forma creativa hacemos uso de ella para abordar el problema y encontrar salidas y alternativas que nos dirigen a una o varias soluciones. Siempre se ha utilizado el arte como la forma de expresar sentimientos, sensaciones de malestar, bienestar, emociones como la tristeza, el enfado, sorpresa, el miedo y la alegría.

La implicación de todos los miembros de la familia permite la reflexión y la comprensión del significado de muchas palabras que al ser vistas y oídas  asustan. La situación actual es un problema que hoy forma parte de nuestra vida y la creatividad es un recurso que todos los seres humanos poseemos. Transmitir  la calma necesaria para compartir muchas horas en familia y saber estar en una situación nueva para todos es un reto. Requiere encontrar formas de ocupar el tiempo, pautas para organizar y estructurar actividades, en función del momento cronológico y vital de los miembros de la familia.

Los niños/as por naturaleza quieren saber, ante los temores,  necesitan sentir que todo está controlado y preguntan y  preguntan e insisten y cuándo y por qué.

Como forma de tolerar la ansiedad de todos, ya que la ansiedad se transmite y es necesario sujetarla, sostenerla, pararla es muy saludable jugar con ella, crear momentos lúdicos donde las mismas preocupaciones se convierten en las fichas del tablero,  plantear espacios y tiempos de juego con las propias dudas, que generan esa ansiedad. Por ejemplo, si ahora estamos en el momento dudas: Generar una lluvia de dudas y con todas las dudas crear un cielo despejado, aportando ideas, conocimientos, información y con ello crear una frase alentadora que nos sirva de título de una película, y de esa película, inventar los personajes que cuentan una historia.  Cuando trabajamos con la ansiedad, se movilizan los temores por ello con la misma dinámica grupal e igual técnica aplicamos un granizo de temores que lo combatimos o suavizamos con un suelo mojado y creamos una frase que nos sirve como título de una novela y así sucesivamente.  

El  dibujo, la pintura, la escritura son recursos que sirven para dar forma y comprender nuestros estados de ánimos, sensaciones y emociones en este momento. Disponemos de materiales fáciles de usar, alcanzables y rescatables de cualquiera de los rincones de nuestras casas. Mientras ponemos orden en nuestros armarios, pongamos a funcionar cualquier objeto que sirva para crear otros espacios, espacios de juego que sirven para aminorar esa sensación de incomodidad emocional, de susto, de intranquilidad.

Algunos ejemplos: Ante el miedo se pueden formular preguntas ¿Cómo te imaginas…? ¿Cómo crees qué es…?. Dibuja con lápiz, pinturas, rotuladores, moldea con plastilina, ponle color, ponle cara, vístele… Si te gusta  el dibujo, puedes exponerlo en la entrada de la casa durante un período de tiempo, incluso si  ya lo miras y no te asusta, puedes hacer un dibujo con una palabra que forma parte de la solución y colocarlo al lado. Jugar con palabras e imágenes que aporten soluciones,  que sugieran alternativas, que busquen salidas. Realiza un collage con revistas, pinturas, tijeras, pegamento, telas. Divide una cartulina o folio en dos partes, en una de ellas coloco los miedos y en la otra los recursos que tengo para combatirlos. Trabajar con palabras alentadoras que empiecen por P y nos sirven en este momento: prudencia, protección, perseverancia, paciencia…

Para explicar esta situación a los hijos/as pequeños ayuda mantener este criterio,  qué es necesario que sí sepan para que se cuiden aunque yo no esté mirando. Para ello nombrar al virus por su nombre, utilizar el nombre sin apodos, es un virus que se llama… y hace…provoca…explicar los síntomas sin dramas y las medidas de protección con sencillez. La posición calmada del adulto y la transmisión de la información de manera fácil y sencilla hace que el niño adquiera una comprensión de la situación que satisface su necesidad de querer saber. Si además, añadimos que se transmiten los acontecimientos de hoy, lo que sé ahora, aminoro la incertidumbre y con ello se transfiere la seguridad que los hijos/as necesitan y la confianza que los padres adquieren poco a poco en su tarea de ser padres.

Los niños/as pequeños tienden a dar explicación a las cosas que pasan a su alrededor a través de ellos, esta características del pensamiento mágico les hace creer que lo que ocurre en su entorno inmediato es porque ellos lo han provocado con su pensamiento,  por ello es importante insistirles que lo que ocurre en casa es porque en la calle pasa…con ejemplos muy concretos y sin relación a cómo se portan ellos. incluso aunque se porten muy mal. Se tose en el codo porque lo mandan los señores que están luchando con el virus. 

Los niños/as más mayores, aquellos que ya saben utilizar todas las operaciones básicas, suma, resta, multiplicación y división, se explica desde el presente, hoy sabemos que…y así te debes cuidar. Ejemplos muy concretos, reales y acortando los tiempos  y evitando futurizar.  Hay una serie de medidas cotidianas que permiten mantener la sensación de control como por ejemplo,

Estamos en casa, nos vestimos, nos aseamos, cómodos pero vestidos es una forma de combatir la amenaza del abandono, el descuido, la apatía.  Los Chicos/as de once a quince años de edad son capaces de comprender y entender lo que pasa, pero incapaces de enfrentarse con recursos adaptativos y utilizan la inmediatez y la negación del problema, como si no pasara nada porque estén todo el día en pijama con el móvil…

Por todo ello sugiero:

  • Organización y estructura de los días de la semana  Lunes-Jueves, Viernes, Sábado-Domingo.  De los momentos del día, mañana, tarde, noche.
  • Crear horarios de actividades para realizar tareas en la casa, acordes con las medidas preventivas:
  • Ante la medida del lavado de manos. Relacionarlo con limpiar el lavabo, una vez al día. Enseñar a limpiar y mantener cuidado un cuarto de baño.
  • Ante la de mantener limpias las superficies. Establecer turnos para pasar un trapo por muebles y enseres de la casa, una vez al día.
  • Atender el cuidado de la ropa personal. Cada miembro de la familia, dobla su ropa y la guarda.

Establecer listados de tareas: orden de armarios, de estanterías, de zapatos. De cajones de ropa interior, de complementos.

Es una buena oportunidad para transmitir orden y disciplina, sin enfados, y esto también es necesario abordarlo. Qué debemos evitar, castigos imposibles de cumplir y amenazas innecesarias “ sin móvil hasta que …” “como…te quito …y lo escondo”. Sí se puede limitar el tiempo y hacer uso de ello como recompensa, cuando hagas… Si terminas… Si empiezas…Utilizar diferentes tipos de relojes para controlar el tiempo, de pared, de bolsillo, de arena. El tiempo es un  recurso muy valioso para educar.

Por supuesto es innegable que es una situación propicia para compartir en familia por ejemplo, ejercicios sencillos: estirar los brazos, las piernas, mover el cuello de un lado a otro, sin necesidad de improvisar un gimnasio, todos sabemos ejercicios sencillos que se pueden compartir y emplear 5, 7 minutos, huir de una clase magistral de una hora duración, ni siquiera media. También aplicar en grupo, técnicas sencillas de relajación, ejercicios de respiración acompasados de música. Es buen momento, cuando el ambiente se altera, cuando nos sentimos cansados, cuando debemos cambiar de actividad, cuando debemos pasar de una actividad que gusta a otra que gusta menos,  las técnicas de relajación son muy fructíferas y saludables. En relajación ayuda el momento silencio, un minuto de silencio, todos nos callamos, cuánto tiempo aguantamos en silencio, o cuando estemos todos un ratito callados, empezamos a hacer… A partir de aquí creo muy útil aprender a escuchar en familia, al igual que aprender a estar en silencio, el silencio es el arma más poderosa de la escucha.

#QuédateEnCasa

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