MOTIVO DE CONSULTA (2ª Parte)

«Comentario de Palmira»

Después de la evaluación realizada a petición de la interesada se inicia un tratamiento de psicoterapia. A la edad de veintisiete años sufre un accidente de tráfico, como consecuencia del mismo desarrolla un cuadro de estrés postraumático que Palmira considera resuelto en la actualidad.

Nace el veintitrés de Mayo de mil novecientos setenta.

Actualmente presenta  sensaciones muy fuertes de ahogarse dentro de un vagón del metro, en ocasiones, se apea y decide esperar e incluso continuar el recorrido a pie. Cuando el tiempo le apremia, de forma mecánica sale de la estación y “pilla” un taxi.

Mantiene desencuentros continuos en las relaciones de pareja, sin discutir, incluso sin apenas hablar. Se siente minusvalorada, sufre mucho y llora, aunque a veces comenta que a ella le da igual. Con la madre vive una relación complicada, la siente como una figura que anula cualquier posibilidad de una relación externa, sea esta un hombre o bien un avance en su desarrollo profesional. Ella mantiene una complacencia con la madre que no entiende, continuamente pide su aprobación, internamente es como si necesitara su permiso para cualquier movimiento que realice en su propia vida.

Ella se posiciona ante el mundo como si fuera lo más importante para su madre a la que teme defraudar, este mismo temor a defraudar lo vivencia con la pareja, a las  que experimenta como una persona que viene a completarla, con la exigencia que ella también debe completar al otro, de esta forma se provoca una situación de un cierre  de su propia vida en esa relación. Esa relación la completa y a la vez la anula como persona, ella quiere gestionar sus emociones, pero estas son tan intensas en una relación íntima que se siente pillada, atrapada y a la vez no encuentra la manera de librarse de esa sensación.

Hay una mezcla de miedo, de asco, de ira. Vive enfadada y nada está en su sitio. Inicia una relación de amor con un chico y siente la amenaza de perderle. Para que esto no ocurra ella piensa continuamente que le tiene que dejar, imaginariamente adelanta el abandono y es como si se librara de esa situación, sin embargo la imaginaria pérdida le asola. Ante esa realidad donde su pareja, por ejemplo no la llama, le produce ira, se enfada sin saber con quién, ni por qué, unas veces con su madre, otras con su padre…otras con quién sea y cuándo ya no puede más con su pareja.

Sí mantiene vivo el lazo de las amigas con las que se siente escuchada y consolada. Las amigas son muy buenas personas, la quieren y desean que le vaya bien, pero ellas solo pueden aconsejarla y estar ahí cuando las necesita, pero no pueden resolverle su problema porque tampoco saben qué se cuece en esa salsa que ella guisa, aunque se esfuerce en explicarles todos los ingredientes. Ella tampoco sabe qué plato quiere hacer, solo sabe que necesita querer y para ella querer es lo mismo que complacer al otro y ser querida por un hombre es igual a ser deseada, eso la escuece porque quiere que la quieran, que la quieran no sólo que la deseen, que la acepten, que la quieran.

 

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